Charla sobre maquetas de libro con Roman Yñan. Foto: pingpongtherapy
Hace poco Nacho Caravia y yo hablábamos de los proyectos de libro en los que
trabajamos. Unas semanas después me trasladó una pregunta que escuchaba en
clase y que planteaba Jos (Dalpine). Una pregunta simple pero fundamental, una
pregunta que cabe hacerse cuando nos planteamos hacer un fotolibro (además de
en otras innumerables ocasiones…),
el por qué de hacer el libro.
Así, mas o menos, le contestaba:
“Una pregunta básica pero muy necesaria
en estos tiempos de marabunta fotolibril. Cualquier pregunta, formulada
de la manera que sea, que te enfrente con tus decisiones y con lo que haces es
vital cuando creas/construyes algo, porque los cuestionamientos durante el proceso son determinantes para el propio desarrollo del proyecto.”
“Personalmente me planteo hacer un libro del trabajo Medianoche porque estoy seguro que
es la naturaleza de este trabajo, porque es un trabajo de lo que no se ve a
primera vista, que se construye de detalles que condensan cierto tipo
de información y de intenciones, y, porque creo que el soporte libro permitiría que
el concepto fotográfico se enriqueciera. Es decir, este trabajo tiene algunas
características como lo obsesivo, la mirada furtiva, lo indiscreto, el deseo,
las fantasías... los recursos naturales de un libro me ayudan a potenciar estas
ideas y a crear un objeto que ayude a transmitirlas. Mi experiencia con libros,
solo he hecho algo parecido una vez con anterioridad, hace que me plantee el
libro como un objeto/experiencia. En el primer libro ("librito") que hice (Aunque
sea un instante, 2009) había que intervenirlo, romper las hojas para descubrir
las imágenes, un acto y una toma de decisiones que emulaba mi enfrentamiento
hacia el propio trabajo fotográfico. En el libro que me planteo ahora pretendo trasladar
circunstancias y situaciones que se dan en un momento muy concreto, una manera
de conectarnos con la mirada instintiva que sale de nuestras necesidades mas
básicas y que aflora en contextos como el nocturno. La noche es una frontera
con la que enfrentarnos con ciertos límites.
Portada de maqueta MEDIANOCHE versión nº4
Mis pretensiones son las de
crear el mejor objeto que pueda condensar y expresar estas ideas y que refleje
al fotógrafo que en un momento dado hizo esas fotografías. Lo mismo que me planteo
cuando considero que otras imágenes han de ser colgadas de una manera determinada
en una pared, por ejemplo.”
Otra idea, quizás contradictoria en parte con la de buscar respuestas, surgió durante la pasada presentación de “Casa de Campo” de Antonio Xoubanova en Barcelona; la idea de que los fotógrafos andamos todo el rato
justificando todo lo que hacemos. Me temo que, en muchas ocasiones, esto es
cierto. Y es que hay explicar muchas cosas, más en los tiempos que corren, el
momento que vive la fotografía… cierto, pero también hay hechos y decisiones
injustificables. No se si a un
poeta se le cuestiona porque escribe poesías y las junta en un libro, porque un
músico escribe canciones y las graba en un cd o da un concierto… En definitiva
supongo que lo importante es que uno tenga sus propias explicaciones, explicaciones no superficiales, ni
complacientes, válidas para que uno entienda porque hace o siente la necesidad
de crear o hacer alguna cosa y porque decide compartirlo. Otro asunto, muy distinto, es lo de ir
justificándose.
Gracias a Nacho de nuevo por
recordar la conversación y rebotarme la pregunta!!!!
Primera sesión de edición con Siete de un Golpe
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